viernes, 27 de enero de 2012

VIDA COTIDIANA

Empezar el día cuando el sol sigue al otro lado del mundo con el sonido de un horrible despertador que es maldecido y estrellado contra el piso día a día, lavarse las penas disfrazarse de humano hacerse un nudo en el estomago porque no hay tiempo de desayunar, hoy puede ser el día en que el camión no se marche sin mí.
Antes de cerrar la puerta un beso a mamá y una rápida bendición, para poder enfrentar a los mounstros y fantasmas que me puedan asustar y su vez saber admirar aquellas hadas que me pueden cuidar.
En el camino por transcurrir intento escuchar mi voz, pero las voces de mi exterior son tantas y demasiado fuertes que sin quererlo no puedo evitar  prestar atención: “Que si hay que hurgarse hasta el fondo del pantalón para encontrar las monedas contadas para sobrevivir”, “Que el hombre de su vida es un mounstro disfrazado de esposo”, “Que los maleantes cada día nos tienen más secuestrados en el miedo”,  “Que el sueño más grande de su vida esta truncado”… es ahí donde mi mente llega a su capacidad, cuestionándome el porqué de todas esas cosas, y reaccionando al darme cuenta que yo sufro un poco de esos males. Prefiero ponerme los audífonos, recargar la cabeza sobre la ventanilla del autobús mirando sin mirar, pensando en aquel sueño que las adversidades y el tiempo me han obligado dejar atrás, imaginando como poder retomarlo, pero sobre todo como sobrevivir para algún día poder VIVIR!
Es momento de bajarme del transporte de los sueños, es tiempo de sentarme en ese pupitre donde mis múltiples lápices de colores y mi libreta decorada no pueden estar al mismo tiempo, al parecer debo escoger, la libreta simple y un lapicero de tinta negra.
Seres queriendo soñar, pero el ruido alrededor aturde los sentidos, el reloj avanza cada vez más rápido acelerando el andar. Quisiéramos ser aves pero tantos cables atravesando la ciudad no permiten volar.
Pero yo podría empezar a ser una de esas aves que vuelan bajo, aprendo a esquivar formando figuras entre esos cables que me permitirán perfeccionar mi vuelo para algún día hasta las nubes poder tocar.
FP*

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