Mis dedos conectados con mi mente y mis sentimientos quisieran
hacer su propia terapia, provocar esa catarsis continua para sanar un dolor que
parece no cesar, pero hay algo más, algo no encaja en mi melodramático
escribir, mi drama de estas noches es diferente, algo que me atrevería a decir,
es nuevo.
Estoy sola, pero ya no me siento sola, me siento cansada, pero
justo en este momento estoy tomando un respiro, me siento triste, pero tengo
ánimos para empezar mi día con ejercicio, cine, antro, amigas, amigos, labores
de casa, familia…YO! ¿Un momento? ¿Dónde está mi eterno drama sobre el amor?
¿En qué momento deje de hablar de amor? Siempre fui una eterna soñadora de un
príncipe azul y una guerrera por conseguirlo, era capaz de aguantar lo que
fuera con tal de vivir un amor de
cuento, donde quedo esa “princesa”.
Mis ánimos han renunciado a ese sueño y se han llevado en la
maleta todas mis ilusiones, creo que decidieron tomarse unas vacaciones al
igual que yo, ya nos estábamos lastimando, sólo que ahora tengo miedo de que no
vuelvan más, que hayan encontrado otro cuerpo más fuerte y más soñador que yo,
alguien con una mayor belleza y una mejor sonrisa.
Aquella niña sintiéndose princesa se ha rendido, al menos en
este nuevo cuento no le interesa mucho el amor…
FP*